Checa estos restaurantes con nombre de mujer, seguro alguno se llama como tú (y será tu nuevo favorito)

Hay lugares que, ya sea por su comida exquisita o por su atmósfera que nos encanta, comienzan a ocupar un lugar especial en nuestros corazones, al grado de que se convierten en una suerte de ‘acompañante’ para nuestros momentos importantes, ya sea sociales o personales. Algo así como una amiga cercana que nos apapacha pase lo que pase. Estos restaurantes con nombre de mujer, además de ser deliciosos y súper bonitos, seguro crearán una conexión mágica contigo y se convertirán en tus nuevos favoritos. 

¡Coman, disfruten y compartan!

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Aitana

Este proyecto a cargo del chef Alberto Ituarte alcanza los dos máximos estándares para asegurar una experiencia gastronómica de primer nivel: alta cocina y un servicio impecable. El menú, inspirado en sabores mediterráneos y tomando como base ingredientes mexicanos de la mejor calidad, se complementa por un espacio armonioso, elegante y romántico a cargo de COUSI Interiorismo (responsables del diseño de algunos de los restaurantes más espectaculares de Madrid). No te puedes ir sin probar su cachete meloso de cerdo, su ensalada de guayabas rellenas de quesos cremosos y su fondant de manchego curado con mermelada de higos y vino tinto. 

Alaia 

Ubicada en una de las terrazas más bonitas en Jardines del Pedregal, Alaia se define como un concepto de esencia mediterránea y armonía gastronómica que privilegia el origen y la temporalidad de los ingredientes en cada uno de sus platillos. El proyecto culinario se conjuga con la arquitectura contemporánea con techos altos y grandes entradas de luz, y una carta de coctelería de autor que termina de redondear la experiencia. Para los carnívoros de corazón, no se pueden ir sin probar la costilla braseada en salsa de ciruela negra y puré de apio nabo, y para quienes no perdonan el postre, la Copa Alaia con frutos rojos, crema de vainilla y helado de yogurt. 

Bella Aurora

Este lugar no solo tiene nombre de mujer, sino que además su magistral cocina corre a cargo de a la chef Elena Reygadas, a quien The World’s 50 Best recientemente reconoció como Mejor Chef Mujer del Mundo. Visitar Bella Aurora es como encontrar refugio en un pequeño oasis natural en medio de la colonia Roma, con un delicioso menú de esencia italiana que te sorprenderá a cualquier hora del día y un jardín ‘italian-style’ que se convertirá en tu spot favorito para una velada romántica. Te recomendamos probar sus gnocchetti sardo con bottarga y limón encurtido, o bien su polenta con jitomate y parmesano. 

Carmela y Sal

Si tienes visitas de fuera, Carmela y Sal es parada obligatoria para empaparlas de la esencia de lo mejor de la gastronomía mexicana. Su cocina se auto-define como ‘un concierto comestible dirigido por la chef Gabriela Ruiz’, y vaya que cada platillo es una sinfonía que te deleitará con las notas más representativas de Tabasco y la región del sureste. Algunos de sus platos imperdibles son sus paquetitos de plátano macho rellenos de frijoles con crema de rancho y chicharrón, su poc chuc de cerdo con tomates rostizados, y su short rib con salsa ahumada y puré de plátano macho. 

Eloise

El nombre completo es Eloise Chic Cuisine y con eso se explica todo: cocina francesa contemporánea conjugada con interiores modernos y un ambiente sofisticado. Si eres devota a la cocina francesa y al vino, este lugar seguro se convertirá en uno de tus predilectos para ir a comer o a cenar. Los platillos son una delicia tanto al paladar como a los ojos, pues su cocina golosa está diseñada para deleitar los sentidos, desde los Escargots Provenzal hasta la hamburguesa Eloise con queso de oveja. Por supuesto, asegúrate de guardar espacio para la Trufa de chocolate.

Fabiana’s

Nada como pasar la tarde paseando por el parque Lincoln de Polanco y terminar el día con una pizza estilo New York. El menú de Fabiana’s es extenso y su objetivo es tener una opción para apapachar a todxs, desde los gustos más sobrios hasta los paladares más exigentes (y no podía ser de otro modo, pues los chefs que dirigen esta cocina son madre e hijo, unidos por un profundo amor por la gastronomía y por la convivencia familiar). Todas las pizzas están hechas de masa madre, elaboradas bajo un proceso de fermentación 100% natural con el propósito de ofrecer alimentos ligeros y fáciles de digerir. Te recomendamos (enérgicamente) empezar con unos elotitos a la plancha con dip de ricota y probar su coctelería para acompañar la comida. 

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Helena

Hay quien se refiere a este restaurante como ‘el mini Tulum de la Juárez’, y eso ya es decir bastante. Escondido en un precioso segundo piso, Helena será uno de tus spots favoritos para compartir una date romántica al caer la noche. El lugar no solo destaca por su excelente menú de acentos orientales y cocina de mar, sino también por el interiorismo, que juega con los techos altos, las decoraciones artesanales, la vegetación natural y las luces cálidas para crear un oasis en medio de la ciudad. No dejes de probar su pulpo con piña y habanero, o bien sus almejas a las brasas. 

Comedor Jacinta

El concepto de fonda de barrio elevada es uno de nuestros favoritos para conocer en Polanquito. Este lugar destaca algunos de los platos más emblemáticos de la cocina mexicana con una técnica insuperable. El sabor a hogar tiene todo el sentido del mundo cuando pensamos que muchas de las recetas provienen de un contexto generacional, y si además conjugamos esto con el ambiente acogedor y la atmósfera relajada, resulta que es uno de los mejores lugares para pasar un tiempo en familia o simplemente para compartir con alguien que quieres, Aunque se ha vuelto particularmente popular para la comida, vale la pena frecuentarlo a cualquier hora del día. Su increíble menú de desayuno, con creaciones como el omelette de jaiba y los pancakes de maíz azul, es ideal para empezar el día con toda la energía necesaria. 

Loretta

Ellos se describen como un Chic Bistrot y aterrizan el concepto a través de su decoración acogedora llena de sillas y sillones comodísimos y acentos de cobre y madera para darle una sensación rústica y moderna a la vez (parece contradictorio, pero al parecer no lo es). La cocina a cargo de los chefs nasheli Ríos y Abel Hernández se inspira en la gastronomía francesa y mediterránea, con giros contemporáneos e ingredientes frescos y de origen que son seleccionados diariamente para asegurar una experiencia única. 

Magda

Establecido dentro del Ex-Convento del Carmen en San Ángel, Magda es uno de los restaurantes imperdibles con un interiorismo contemporáneo (y súper instagrameable) inspirado en uno de los tesoros silenciosos de la CDMX: el río Magdalena. Su menú corre a cargo del chef Mario Espinosa, quien diseña una cocina de vanguardia enraizada en la tradición mexicana con platos como el chamorro con caldo de cochinita pibil, el ceviche de atún con salsa macha, las tostadas de jocoque con trucha salmonada y los camarones a la brasa con salvia fresca y frijoles mareados. No te puedes ir sin probar la coctelería, servida en los vasos más divertidos y creativos. 

Sonia

La cocina hogareña y honesta de Sonia te recordarán a las comidas familiares de los domingos en casa de la abuela. Su atmósfera casual y apapachadora —ideal para tener las sobremesas más amenas— se construye no solo a partir de las recetas heredadas de generación en generación, sino también por su decoración sofisticada pero para nada pretenciosa. Para los amantes de lo dulce, la pavlova es un espectáculo que te enamorará desde que llega a la mesa. 

Casa Olympia

En tan solo un par de años, Casa Olympia se ha convertido en un hot spot en la zona restaurantera de Polanco, y en realidad no es sorpresa, pues cada rincón dentro de esta casona es sencillamente encantador. Su estilo shabby chic con tapices florales y colores vibrantes toma lo mejor de la decoración de los años 50 y los combina con los drinks más coquetos para crear una experiencia deliciosa y digna de Instagram. Su cocina mediterránea con técnicas bien ejecutadas dan como resultado una presión de sabor que balancea calidad, frescura y, sobre todo, confianza, dejando que el comensal se sienta como un invitado más que como un cliente.