El patrimonio natural de México no conoce límites, albergando una cantidad inmensa de ecosistemas que ofrecen un verdadero espectáculo a cada uno de sus visitantes, perfectos para viajeros que disfruten las experiencias de conexión con el medio ambiente. Yucatán se encuentra entre sus estados más diversos, con preciosos cenotes, islas secretas y Reservas Naturales en donde maravillarse con la belleza de sus paisajes. Aquí te contamos más sobre su Reserva de la Biosfera Ría Celestún, conocida por ser hogar de alrededor de 50 mil flamencos rosas y 170 especies de aves.
Enclavada en la costa noreste de Yucatán, la Reserva de la Biosfera Ría Celestún es uno de los territorios naturales más sorprendentes al sur de México, englobando diversos ecosistemas –como humedales costeros, manglares, dunas y playas— de patrimonio destacable. Se decretó como Reserva de la Biosfera en el año 2000 –aunque ya era refugio faunístico desde 1979–, y desde entonces se ha consolidado como un verdadero paraíso turístico frecuentado por aquellos que buscan maravillarse con algunos de los escenarios naturales más despampanantes en el estado.
Cuenta con una extensión de casi 60 mil hectáreas, territorio en el que habitan 170 especies de aves y más de 200 especies de mamíferos distintos, así como variedad de tortugas marinas y cocodrilos. Se conoce por ser uno de los pocos sitios en México donde los flamencos rosas anidan, se alimentan y se reproducen, con alrededor de 50 mil ejemplares de esta ave colorida; muchas personas visitan la Reserva de la Biosfera Ría Celestún únicamente para maravillarse con sus preciosos flamencos, que se pueden avistar entre los meses de diciembre a marzo a través de recorridos especiales hacia su Manantial Tambor –donde se reúnen los flamencos dentro de la reserva–.
Cabe destacar que la Reserva de la Biosfera Ría Celestún abunda en hermosos atractivos naturales, entre los que se encuentran también sus ojos de agua dulce –para nadar libremente, visita Baldiosera o Cambay–, sus manglares –donde realizar recorridos en bote para conocer más sobre la riqueza del ecosistema– y sus preciosas playas de encanto paradisiaco. Sin duda alguna, vale la pena optar por un recorrido guiado que pase por sus puntos de interés más emblemáticos, esto para disfrutar una experiencia más cómoda y tener garantía de aprovechar la visita al máximo.
Lo mejor de todo es que, al visitar la reserva, también se podrá conocer el pueblo de Celestún, famoso por sus atractivos naturales y experiencias turísticas. Aquí se puede descansar apaciblemente en algunas de las playas más secretas y paradisiacas de Yucatán, al igual que deleitarse con su exquisita gastronomía local, explorar sus mercados de artesanías, o practicar pesca deportiva a mar abierto.