Existen pocos lugares que enamoran desde el primer instante. Llegar a un Pueblo Mágico tan colorido como Atlixco te roba un suspiro entre tradición, flores, construcciones novohispanas y por supuesto la mejor comida local; esa de las mayoras que desde pequeñas traen el sazón arraigado de generación en generación y que sin más, enamoran el paladar. Sin embargo, existe un restaurante que está dando un giro de modernidad, elegancia y creatividad a la cocina de Atlixco, en donde el ingrediente es el protagonista y este se sirve en todo su esplendor entre los bellos jardines de una casona restaurada del siglo XVI.
Acompáñanos a conocer VICA, un restaurante sin reglas que hace del producto local una verdadera obra de arte al plato.
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A unos pasos del zócalo de Atlixco y del Palacio Municipal se encuentra VICA, un restaurante que rescata los ingredientes locales de la zona y sus alrededores. Muchos de estos insumos no recorren más de 15 km a la redonda, es por eso que mantienen su sabor y frescura, dando como resultado platillos únicos. Seguramente ingredientes tan básicos como el cilantro y el epazote, cambiarán tu percepción en este lugar. Es por eso que VICA es un imperdible en tu próxima visita al bello Pueblo Mágico de Atlixco.
VICA Cocina de un Valle, hace alusión al producto local y aquí lo decimos en serio, pues el chef solo utiliza ingredientes cosechados en Atlixco y sus alrededores. Desde los lácteos de Chipilo, hasta el pato de una granja a menos de 20 minutos del restaurante, en este lugar se cocina en base a la disponibilidad de cada insumo. Para su chef Francisco Vigorito el producto lo es todo y sobre todo el servicio, el cual es uno de los mejores que experimentamos en mucho tiempo. Aquí puedes disfrutar un día lleno de pláticas, buena comida, la mejor coctelería y sobre todo sentirte como en casa pero con un servicio de restaurante de lujo en medio de un valle hermoso y pintoresco.
Al llegar a esta bella Casona del Siglo XVI, sentirás que te transportas a otra época, pero con los lujos de la modernidad actual. El restaurante ofrece a sus clientes un menú de aproximadamente 12 opciones de platos salados y tres a cuatro dulces que cambian cada 15 días de acuerdo a lo que esté disponible en el mercado y con los productores de la zona. Francisco nos cuenta que si va al mercado y ve a la señora vendiendo hongos silvestres, ahí activa su lado creativo para idear un platillo con este ingrediente. Para él es una forma natural de armar sus menús y darle ese toque único a VICA. Si eres de los que ama la sobremesa este lugar será tu nuevo favorito a tan solo dos horas de la CDMX.
El menú se puede elegir a tu gusto o si eres más aventurero, puedes dejar que el chef te mande sus recomendaciones. Por ejemplo: el huaxmole de cuetlas (que son unas larvas de mariposa que se dan en la mixteca poblana) y son considerados un manjar dentro de la cocina mexicana prehispánica. Otros platillos menos exóticos incluyen pato de granja, pollito de granja, trucha salmonada y por temporada hongos silvestres. Puedes probar su versión de chile en nogada que está relleno de guajolote, ya que al ser un platillo de mestizaje la carne de cerdo y res se incorporó mucho después. Es por eso que en VICA tiene una versión que muestra la historia de un platillo emblemático de Puebla.
Otro platillo que es de los favoritos es la lengua, que se sirve con un BBQ de maracuyá y unas croquetas de plátano macho. Otro plato que mezcla sabores poco tradicionales es el conejo en guiso de rosa de castilla, cúrcuma, camote amarillo y lavanda; y la trucha en adobo de ciruela roja con betabel y verdolagas. En cuanto a los postres, Francisco tiene un mousse de queso que hace con parte del suero restante en la elaboración de su queso fresco o jocoque, este sin duda es el más sorprendente porque mezcla todas las texturas en la boca, desde lo suave, hasta lo crujiente con una palanqueta helada de cacahuate y una nota picante y especiado del helado de pirul y semilla de cilantro.
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También tiene un cheesecake de camote morado que es hermoso y este se acompaña de manzana panochera y azahar. Y los merengues de hoja santa y lima con helado de chocolate y plátano y una crema pastelera de maracuyá. El maridaje para los postres también forma parte importante del menú, ya que la coctelería y aperitivos involucran insumos poco usuales como: cilantro criollo, epazote morado, pirul, muitle, manzanilla y hasta un mezcal especiado que hacen en casa, con una maceración larga que le da una tonalidad casi negra y que te pueden servir como digestivo. En la carta lo encuentras como ‘mezcal negro’.
El menú de bebidas también incluye cerveza local y de productores independientes, vino mexicano, mezcal, caciña (que es un ron veracruzano) y pulque. No dejes de probar el Mojo Gin que en lugar de menta se hace con epazote morado, piloncillo y ron veracruzano. También puedes pedir el trago Sangre de Diego, que se termina con un concentrado de muitle y le da un toque especiado y floral. Sin duda este restaurante te robará el aliento y será tu favorito en tu próxima visita al Pueblo Mágico de Atlixco.