Ubicado entre los bosques del Parque Natural Del Valle de la Treja, a un par de kilómetros entre Roma y Viterbo, se localiza Calcata, un pueblito bohemio de Italia, que se destaca por la belleza de su arquitectura rocosa, sus villas que parecen estar abandonadas, sus estrechas calles y por supuesto, su extensa vegetación que lo rodea y parece resguardarlo.
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En encantador, pero misterioso pueblo italiano, se encuentra suspendido sobre un acantilado, al cual se puede acceder únicamente por un una puerta arqueada y a pie. Esto debido a la construcción de sus largos caminos, que son imposibles de llegar a través de un auto. De acuerdo con los ingenieros de esta región, descubrieron que la colina de tiro—un tipo de piedra volcánica—, sobre la que se asienta esta población se encontraba erosionada y a punto del derrumbe, por lo cual se pidió abandonarla.
Una solución viable en aquel momento fue que la región de Calcata fuera dividida en dos fronteras. Por un lado se encontraba la Calcata Vieja y, por el otro, la Nueva. Esta última está situada en una planicie a tan sólo un par de kilómetros de zona antigua. Por algunos años, este pueblo quedó en el olvido, a tal punto que, la naturaleza recobró lo que le pertenece y existía más que el sonido de los pájaros que aquí habitan.
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Tiempo después, el pueblo de Calcata fue redescubierto por un grupo de hippies romanos, le siguieron artesanos y artistas de toda Europa, quienes estaban en busca de un entorno natural, relajado y sin pretensiones donde se pudieran vivir y comenzar un estilo de vida sin el bullicio de la ciudad. Fue entonces que abrieron sus tiendas y talleres, convirtiendo este lugar en el pueblo bohemio más bonito de Italia.
En la actualidad, este pueblo italiano cuenta con una gran oferta cultural y sitios de entretenimiento como la Grotta dei Germogli, un restaurante-bar realizado de mosaicos reciclados. A las afueras del pueblo Colle, se puede pasear por la Ópera Bosco, un museo y taller al aire libre dedicado al arte contemporáneo. Otro sitio imperdible es el jardín de la casa del arquitecto Paolo Portoghesi, un lugar de recuerdo y encanto de Calcata.
