Hay veces en las que se busca un hotel grande y cautivante por su variedad de espacios exclusivos, mientras que otras lo que se necesita es un alojamiento más íntimo y reservado. Si la segunda opción suena mejor para ti, aquí te contamos sobre un sitio que sin duda cumplirá su propósito, ya que se considera como el hotel más pequeño del mundo y ubica justo en la esquina de un imponente acantilado. ¡Será el escape vacacional perfecto para tener una experiencia inolvidable!
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Hay de hoteles a hoteles, y así como los grandes resorts ofrecen una experiencia espectacular, los alojamientos más pequeños aseguran también una estancia cuidada a detalle y de atmósfera más íntima. Justo es el caso de Hotel Puntagrande, conocido como el hotel más pequeño del mundo y establecido sobre un antiguo embarcadero a la orilla de un gran peñasco en Santa Cruz de Tenerife –España–. Visitarlo es como disfrutar panoramas privados al océano, así como un recinto lleno de historia y patrimonio cultural.
El Hotel Puntagrande se ha apodado como ‘El Hotelito‘ por su pequeño tamaño y la posición única en la que se encuentra, y cuenta con una historia tan impresionante como su edificio. Su construcción data de 1830, cuando se creó para almacenar vino y demás productos de exportación, y posteriormente convertirse en un restaurante-bar en 1948; fue en 1975 que su estructura se restauró completamente para evitar su deterioro, estableciéndose como un verdadero himno al mar a través de su diseño y decoración. En 1984 entró en el Guiness de los primates como ‘Hotel más pequeño del mundo’, y en 2019 se declaró como Bien de Interés Cultural por el Consejo de Gobierno de Canarias.
Actualmente, este sitio alberga variedad de reliquias marinas y demás objetos de tradición náutica, lo que permite apreciar un poco más sobre su historia y las diversas personalidades que recorrieron su espacio. En caso de optar por pasar la noche en el hotel más pequeño del mundo, se puede elegir entre cuatro habitaciones de vista al océano Atlántico, una suite deluxe con paredes de lava e inspiración natural, o dos acogedoras casitas frente a su muelle –estas se ubican a unos cuantos pasos del Hotel Puntagrande–.
Para asegurar una estancia tranquila y pacífica, todos los espacios del hotel son sólo para adultos, por lo que es necesario tener 18 años o más para acceder a ellos. Esto incluye también su precioso restaurante, con un entorno naval que convertirá cualquier visita en una experiencia única y clásica, al igual que una maravillosa terraza de vista al mar donde disfrutar de cenas románticas y especiales.