Si estás planeando darte un break de la vida, el trabajo, las responsabilidades o simplemente quieres descubrir otros destinos turísticos de México que no sean las mismas playas o Pueblos Mágicos, entonces tienes que visitar Barra de Navidad, un pueblo pesquero en Jalisco que, además de ser súper bonito, tiene playas tranquilas para nadar, distintas opciones de hospedaje, atractivos imperdibles y una gastronomía para volverse locos. Sin olvidar sus preciosos paisajes hacia las profundidades del Océano Pacífico.
Barra de Navidad o Puerto de la Navidad–como también es conocido–se localiza en la región del Pacífico Norte, en el municipio de Cihuatlán, Jalisco y es, probablemente, el pueblo de playa más tranquilo de México, además es uno de los destinos cuya historia resguarda el antes y el después de su formación. Pues se dice que este pueblito fue el punto de llegada y partida de los exploradores españoles durante la época de la conquista, que se dirigian a navegar por las aguas de Pacífico Sur rumbo a Filipinas.
En la actualidad es un pueblo pesquero dedicado principalmente al turismo, siendo la pesca su gran activo económico. Una vez aquí es imposible no querer visitar la Laguna de Navidad, sorprenderse con su belleza natural, comer mariscos frescos en los restaurantes aledaños, dar un paseo en lancha o practicar pesca deportiva. Para los más intrépidos, a tan solo 30 minutos de Barra de Navidad se encuentra el Ejido La Manzanilla, en la Costa Alegre de Jalisco–una de las playas más bonitas de México–, y, donde a partir de ahí se puede llegar al manglar el Cocodrilario La Manzanilla–un santuario natural con más de 500 cocodrilos que habitan la zona–. Además hay un mirador y un museo para conocer la historia de la región y de estos animales.
Para quienes buscan algo más tranquilo, una parada obligada es visitar la playa Cuastecomates y disfrutar del ecoturismo y de los deportes acuáticos o simplemente practicar kayak, snorkel, nado, por mencionar algunos. Muy cerca de Barra de Navidad se encuentra Melaque, un pueblo tranquilo ideal para pasear, nadar y relajarse. Ya a una hora y media se encuentra Isla Cocinas, un paraíso de aguas turquesas, playas vírgenes y arena súper suave. Cabe destacar que el oleaje es fuerte y al ser una playa poco visitada es recomendable llevar alimentos y bebidas consigo mismo.
En cuanto al hospedaje existen muchas opciones de alojamiento y de diferentes precios, sin embargo el Four Seasons Tamarindos es uno de los resorts más bonitos de esta región, gracias a su arquitectura y herencia prehispánica. Ya por último, en la costa existen un sinfín de restaurantes para desayunar, comer o cenar deliciosos platillos de mar y tierra. Vale la pena probar el pescado zarandeado, tacos de camarón, tostadas, ceviches, cocteles y pulpo en diferentes presentaciones. Para acompañar no hay nada mejor que una cerveza bien fría para refrescarse del calor.