En Puebla también hay paraísos color turquesa, poco explorados y a los que solo se llega tras una buena dosis de aventura. En este caso hablamos de las Cascadas de San Agustín Ahuehuetla, también conocido como El Aguacate. Este paraíso natural se encuentra en el municipio de Huehuetlán el Grande, a una hora y media al sur de la ciudad de Puebla y a unas dos horas y media desde la CDMX. Aunque aún es un destino poco conocido, ha comenzado a ganar fama entre quienes aman los paisajes naturales y buscan experiencias fuera de lo común. El recorrido incluye senderos boscosos que te llevan a descubrir pozas cristalinas en tonos azules y cascadas rodeadas de pura naturaleza. Llegar hasta puede requerir un poco de esfuerzo, pero créenos: cada paso vale totalmente la pena.


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Cómo llegar a las cascadas de San Agustín Ahuehuetla
Como ya adelantábamos, llegar a las Cascadas de San Agustín Ahuehuetla es parte de la experiencia. Primero hay que llegar al pueblo del mismo nombre y avanzar en auto por un tramo de terracería hasta llegar a un estacionamiento. Ahí se deja el coche y se continúa a pie. También en ese punto se paga la entrada, que es de $50 pesos por persona. Si llevas a tu perro, puedes entrar con él pero considera que tiene un costo extra. En la zona también puedes contratar un guía local o comprar algo de comer, ya que suele haber vendedores. Desde ahí, el trayecto a pie hasta las cascadas es de unos 4 kilómetros, lo que toma entre 40 minutos y una hora, dependiendo de tu ritmo. Así que prepárate con ropa cómoda y buen calzado. El camino ya es un encanto por sí solo: va junto al río Huehuetlán y está rodeado de hermosa vegetación, donde destacan enormes ahuehuetes que hacen del recorrido algo todavía más especial.


Así son las cascadas y pozas de San Agustín Ahuehuetla
Después del esfuerzo del camino, por fin llegarás a este paraíso escondido de Puebla y todo habrá valido la pena. En las Cascadas de San Agustín Ahuehuetla te esperan dos caídas de agua principales: una de unos 10 metros de altura que alimenta a otra más pequeña justo debajo. Al pie de ambas se forman varias pozas de agua cristalina, con tonos que van del azul turquesa al esmeralda, perfectas para nadar y refrescarte después de la caminata. Algunas pozas son poco profundas y otras tienen mayor profundidad o corriente, así que es importante tener precaución al nadar, especialmente si vas con niños o no eres muy experto. Un detalle curioso de este oasis natural es que, por su ubicación, aquí convergen tres tipos de clima: cálido, semicálido y templado, lo que lo hace aún más especial.


Qué hacer y cómo prepararte para disfrutar Ahuehuetla al máximo
Además de nadar en las pozas, aquí también puedes echarte unos buenos clavados o sacar tu lado aventurero escalando por las piedras de las cascadas. Todo ocurre en un entorno completamente natural, entre rocas, montañas, ahuehuetes enormes y agua turquesa que se presta perfecto para tomar fotos increíbles. Aunque no hay hospedaje formal, se permite acampar en zonas designadas sin costo, siempre y cuando lleves tu propio equipo y respetes el entorno. Te recomendamos ir cómodo y llevar lo esencial: repelente, bloqueador solar, toalla, agua suficiente y algún refrigerio o lunch. Y muy importante, no dejes basura ni alteres la flora o fauna del lugar. El acceso a las cascadas es todos los días de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., y si vas en temporada de lluvias, prepárate para ver las cascadas y pozas en todo su esplendor. Un paraíso en Puebla que definitivamente vale la pena conocer.



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