Oaxaca es uno de los destinos más populares de México tanto entre turistas internacionales como nacionales. Y es que aquí se respira una atmósfera auténtica que demuestra el orgullo de los locales por su cultura y sus tradiciones, así como su deseo de compartirlo con aquellos interesados en aprender más sobre las costumbres y la magia de este lugar. El estado está repleto de pueblos fascinantes y paisajes naturales que parecen sacados de una postal, pero sin duda, Oaxaca de Juárez, la capital del estado, sigue siendo una parada imperdible que hay que visitar al menos una vez en la vida. Aquí te dejamos algunos planes para hacer en Oaxaca y sacarle mucho provecho a tu visita.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Descubrir el Templo de Santo Domingo y el Museo de las Culturas
Sin importar qué religión practiques, este lugar te roba el aliento apenas traspasar su umbral, pues a pesar de haber sido construído a mediados del siglo XVI, no ha perdido el esplendor de su decoración barroca retacada de motivos botánicos bañados en hoja de oro, sus campanarios altísimos y sus retablos. Por otro lado, aquí mismo se encuentra el Museo de las Culturas, el cual cuenta con 14 salas de exhibición permanente con una importante colección de valor arqueológico, histórico y etnográfico, así como nueve salas en las que se ahonda en distintas actividades tradicionales oaxaqueñas como la cerámica, la orfebrería, la talabartería y la gastronomía. Después de tu visita, te recomendamos tomar un mezcal artesanal en Cobarde, una terraza de ‘alta cocina informal’ con las mejores vistas del Templo de Santo Domingo.
Recorrer el Jardín Etnobotánico
A un costado del Templo de Santo Domingo —en lo que alguna vez fue la huerta del convento— se encuentra el Jardín Etnobotánico, el cual sin duda es otro de los planes imperdibles para hacer en Oaxaca de Juárez. Las plantas que verás aquí son una muestra de la diversidad geográfica, biológica e incluso cultural del estado, pues todas ellas provienen de las distintas regiones de Oaxaca, desde los climas áridos hasta los húmedos, desde el desierto hasta las montañas boscosas. Como su nombre lo indica, la selección de las especies que se sembraron en este espacio es un reflejo del vínculo que existe entre el entorno y el desarrollo de estéticas y cosmovisiones de las comunidades oaxaqueñas, por lo que este lugar no solo es de interés biológico, sino también cultural.
Comer en Alfonsina
El panorama gastronómico en Oaxaca es tan rico y diverso que nos cuesta trabajo elegir solo un lugar para comer, así que en realidad no lo estamos haciendo (si puedes, te incitamos fervientemente a descubrir cuantas propuestas culinarias se planten en tu camino durante tu viaje). Sin embargo, hay un lugar que consideramos que no puede faltar en tu itinerario: Alfonsina. Y es que si el mole es la epítome de la cocina oaxaqueña, el chef Jorge León ha sido reconocido por muchos de sus colegas como ‘el rey del mole’. Para comer ahí es necesario hacer una reservación, pues el chef Jorge y su madre, doña Elvira León, planean un menú diario hecho a la medida de los comensales que recibirán, sus gustos y restricciones alimenticias, y los ingredientes locales y de temporada que encuentran en el mercado.
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Comprar artesanías en el Mercado Benito Juárez
Las artesanías oaxaqueñas son otro gran reflejo de la diversidad cultural de estas tierras, y si bien lo más enriquecedor sería sin duda organizar un road trip por los distintos pueblos de artesanos y conocer los talleres de las comunidades, puedes optimizar tiempos y comprar piezas igual de lindas en el Mercado Benito Juárez. Entre la variedad de productos que encontrarás aquí destacan la joyería, la filigrana, los textiles, la cerámica, los alebrijes y la cestería. Por supuesto, este es un gran lugar para comprar algunos ingredientes para llevar de regreso a casa, como mole en pasta, quesillo, especias, e incluso utensilios de cocina como cuchillos y molcajetes.
Visitar el Mercado de Tlacolula
Si bien el famosísimo Mercado de Tlacolula no se encuentra propiamente dentro de Oaxaca de Juárez, bastará con manejar media hora para descubrir este pequeño pueblo que todos los domingos es sede de uno de los tianguis más impresionantes de toda la región. Este es el lugar donde los locales de la zona se reúnen para comprar y vender sus productos, desde los ingredientes para preparar la comida de la semana hasta preciosas artesanías multicolor. Si creías que el Mercado Benito Juárez era enorme, espera a descubrir los pasillos infinitos del Mercado de Tlacolula. Entre fogones, puestos de flores, especias y chocolate, este lugar es un agasajo sensorial digno de vivir en tu visita a Oaxaca. Después de tu visita, no te olvides de visitar el Templo de la Asunción, una iglesia muy particular cuya decoración barroca se asemeja a la de Santo Domingo.
Caminar por el Andador Turístico
Para quienes adoran descubrir todos los destinos a pie, el Andador Turístico de Oaxaca es sin duda uno de los más bonitos para recorrer en México. Lo más curioso de este andador es que está conformado no por una, sino por dos calles paralelas —Macedonio Alcalá y Manuel García Vigil— que conectan Santo Domingo con el zócalo de la ciudad. Además de estar flanqueadas por casonas de colores que dan pie a tomar las mejores fotos, aquí podrás descubrir edificios como la Biblioteca Pública, el famoso restaurante Los Danzantes, el Museo de Arte Contemporáneo y el Centro Cultural Santo Domingo.