5 planes que seguro no conocías en el Bosque de Chapultepec

Con sus más de seis kilómetros cuadrados, el Bosque de Chapultepec es el parque más grande de América Latina, y uno de los sitios favoritos para pasar los fines de semana por la amplia variedad de planes que ofrece. Desde sus múltiples museos hasta el lago, zoológico, jardín botánico e interminables senderos para caminar, es perfecto para disfrutar libremente de su encanto. Sin embargo, este bosque esconde varias joyas mucho menos conocidas que te harán redescubrir su encanto y vivir la experiencia de Chapultepec como si fuera la primera vez.

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Mariposario 

El mariposario de Chapultepec es un hermoso jardín con techo de cristal lleno de flores y árboles, e incluso una pequeña cascada. Es hogar de 50 especies de mariposas tropicales, y todos los días se liberan más de cien mariposas que abren sus alas por primera vez. Durante el recorrido podrás detenerte frente a las vitrinas con más de 800 capullos provenientes de granjas de diferentes países, y aprenderás sobre la migración de la mariposa monarca, así como los ciclos de vida de estos fascinantes insectos. 

Bistró Chapultepec

La espectacular vista al lago de Chapultepec es el mejor acompañamiento para disfrutar de una comida o copa de vino. Su menú fusiona sabores y platillos de la cocina mexicana y europea, y la decoración inspirada en los restaurantes de la campiña francesa crean una atmósfera chic, pero totalmente relajada que convive bien con el ambiente en el parque. Las amplias terrazas son perfectas para los días despejados y pueden reservarse para eventos.

Casa del Lago

El centro cultural Casa del Lago de la UNAM es una de las instituciones del Bosque de Chapultepec. Su construcción data de principios del siglo XX, cuando el bosque se convirtió en un parque público como parte de los festejos del centenario de la Independencia –de ahí la influencia francesa de su arquitectura–. En 1930 pasó a ser propiedad de la universidad y, a partir de entonces, destaca por la variada oferta cultural que va desde talleres y exposiciones de arte hasta proyecciones de películas, conciertos y eventos de poesía en voz alta. Aunque seguramente ya la conoces, cada visita es una experiencia distinta, ya que continuamente cambia su programación; puedes consultar su cartelera para planear tu visita al evento que más te interese.

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Cárcamo de dolores y Museo del agua

Este lugar fusiona arte, ingeniería y cultura a través de sus murales, la fuente de Tláloc y el sistema hidráulico que, desde mediados del siglo pasado y hasta el día de hoy, abastece de agua a buena parte de la Ciudad de México. Diego Rivera planeó y ejecutó el mural subacuático El agua, origen de la vida sabiendo que no duraría mucho, pues durante 40 años, las aguas del río Lerma corrieron sobre él. Este mural se complementa con la imponente Fuente de Tláloc a la entrada —también de Rivera— y habla sobre la historia del agua y su relación con el ser humano y las grandes civilizaciones, restaurado en la década de los 90. A todo esto se suma la Cámara Lombarda del artista Ariel Guzik, la cual integra los sonidos de los cuatro elementos para musicalizar tu visita al cárcamo.

Audiorama

Este espacio es un paraíso para los amantes de la lectura y la música. Se diseñó en los años 70 para brindar un espacio tranquilo en medio del bosque, con árboles frutales, cómodas bancas para sentarse a leer, préstamo de libros, y altavoces que reproducen una selección musical que cambia de género cada día de la semana –martes de new age,  miércoles de música tradicional mexicana, jueves internacional, viernes de jazz, sábados de chill out y domingos de música clásica–. Toma en cuenta que este no es un templo del silencio, pero sí de la tranquilidad, así que aprovecha para pasar un tiempo a solas o en silenciosa compañía.